Expresiones UDLAP

¿Por qué todos debemos saber sobre farmacovigilancia?

Dra. Lucila Isabel Castro Pastrana

Profesora de la Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas de la UDLAP

lucila.pastrana@udlap.mx

La sociedad medicalizada en la que vivimos impide que quedemos exentos de consumir medicamentos, cosméticos, vacunas, vitaminas y productos herbolarios, o que, en determinadas situaciones médicas, nos tengan que administrar transfusiones o medios de contraste.

Todos estos productos farmacéuticos conllevan riesgos inherentes a su naturaleza química y efectos biológicos, pero también debidos a su producción, empaque, distribución, regulación y uso. Cuando alguno de ellos nos produce más daño que beneficio, nos encontramos ante un efecto adverso. La genética de una persona, lo que come y bebe, sus hábitos tóxicos como el tabaquismo, su edad y condición clínica, pueden conferirle mayores o menores riesgos de desarrollar efectos adversos. Incluso, debido al sistema fragmentado de salud, nuestro historial como pacientes se encuentra disgregado en diferentes consultorios y hospitales. Esto origina que, al momento de buscar atención médica y recibir tratamiento farmacológico, la información sobre una alergia, enfermedad pasada, efecto secundario previo, contraindicación o medicamentos que estemos consumiendo, muchas veces no esté al alcance ni de nuestra memoria, ni del personal de salud que nos cuidará. Lo anterior puede ocasionar que se produzca una situación adversa donde los riesgos sobrepasen los beneficios.

La farmacovigilancia (FV) estudia estos riesgos a través de la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos de los medicamentos o de cualquier otro problema relacionado con ellos.

En México tenemos un Centro Nacional de FV con un programa permanente que se rige por la Norma Oficial Mexicana 220. Este organismo recolecta información de efectos adversos reportados por la industria, profesionales de la salud, farmacias, hospitales y pacientes. Así concentra la evidencia requerida para investigar más, generar alertas, retirar productos del mercado, proponer cambios regulatorios y prevenir futuros riesgos. Desafortunadamente en México, los profesionales de la salud siguen dándole poca importancia al reporte de efectos adversos. Es aquí donde los consumidores debemos tomar un papel más activo y responsable informando a nuestro médico cuando experimentemos algún efecto adverso e insistiéndole para que lo reporte a la autoridad. Directamente podemos también reportar a la industria fabricante, o bien, comentar lo sucedido en las redes sociales, ya que a partir de ellas se están empezando a hacer estudios de minería de opiniones que impulsan la FV. El centro mundial de FV acaba de lanzar la aplicación móvil Take&Tell misma que podemos descargar en español y reportar a través de ella. Con estas acciones contribuiremos a desarrollar una cultura de seguridad en materia de medicamentos en México y ayudar a proteger la salud de todos los mexicanos.

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