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«El Antihéroe» de Isa González en AD/OPTA & ADAPTA

A continuación compartimos con ustedes de forma íntegra el otro texto que la escritora poblana Isa González creó en el marco de la segunda convocatoria de AD/OPTA & ADAPTA en Capilla del Arte. En este caso, la pieza de Lubok que la inspiró fue Going Nowhere (Yendo a ninguna parte), xilografía de Gabriela Jolowicz.

Para ponerse en contacto con la autora, el correo es chabela27@hotmail.com. También puede ponerse en comunicación con ella a través de la página www.duermevela.com.mx

El Antihéroe

Me atrae la definición que da García Ponce, uno de mis escritores preferidos al decir de la escritura: “Cuando uno empieza a escribir es porque necesita inventar héroes para seguir siéndolo”. Recapacito y pienso que lo que yo invento son más bien antihéroes, a lo mejor con el afán de no parecerme a los héroes que me impone el mal cine gringo. Me imagino siendo un antihéroe que toca el vacío y desaparece.

Estoy en la Capilla del Arte en una exposición colectiva de artistas alemanes. Al fondo del lugar están expuestos los grabados de Gabriela Jolowicz. Me atrae una de sus obras, imagen en la que aparece una mujer de espaldas. Me detengo frente al cuadro influenciada por el
ensayo Retrato de mi cuerpo de Phillip Lopate que había leído esa mañana en donde el autor afirma que venera esa parte del cuerpo que es la espalda pues “designa el hecho de marcharse”.

La postura de esta mujer hace el efecto contrario a la huída.  Viste una
especie de leotardo, rodea la cintura un cinturón con cuatro rayas que  simulan cuerdas o cadenas y terminan a la altura de los omóplatos. No puedo dejar de pensar en el personaje de La Historia de O, de esta joven que goza a partir del dolor. Creo que estoy delirando, la que observo no parece ser masoquista pero las cuerdas o cadenas marcadas en la blusa al nivel de la espalda insinúan algo no dicho. Parece como si acabara de regresar cansada de la Mansión de Roíssy como O. El cuerpo de rodillas en un sillón con estampados de telarañas superpuestas dan sensación de asfixia. La chica  apoya los codos en el respaldo y contempla las marquesinas de la ciudad. Sus nalgas prominentes se ofrecen al espectador no como si quisiera ser tomada sino en una especie de pausa, con el cuerpo alerta, en espera.

La voluptuosidad parece replegarse hacia dentro, emanando de su interior una especie de aburrimiento, de hastío. Está rodeada de objetos que se encuentran sobre una mesa: todos acusan una marca publicitaria. Hay una saturación de líneas, de objetos. La atmósfera me produce claustrofobia. Desabrocho mi abrigo, resisto unos minutos más observando la xilografía, hecho los hombros hacia atrás, mis omóplatos truenas como si fueran jalados por cadenas. Me hago consciente de mi propio hastío, de la saturación de mí misma cuando me miro en el espejo. Caigo en la cuenta que mi espalda al contrario de la parte frontal,
es un terreno virgen, como un desierto de fina arena. Imagino esa parte
olvidada, la recorro con curiosidad desde mi memoria. Me entran ganas de detenerme en ella frente al espejo, de observar cada milímetro de piel hasta apropiarme de ella. Respiro varias veces. La sensación de claustrofobia se aminora. Siento mis pasos más contundentes dirigirse hacia la puerta de salida: el antihéroe aparece.

Autora: Isa González.

Isa González y su «Berlin Club»

A continuación les compartimos el inicio del cuento Berlin Club de Isa González, respuesta a la segunda convocatoria de AD/OPTA & ADAPTA en Capilla del Arte.

Berlin Club

Nací con una peculiaridad extraña, recuerdo lo que me pasa desde que tenía siete años. Mi mamá dice que cuando aprendí a sentarme, sin ayuda de almohadas o cojines, apareció esa rareza.

Cuando estoy enojada tengo la capacidad de girar el tronco trecientos sesenta grados hasta que mis nalgas y mis tetas quedan en el mismo plano. Mis compañeras de colegio me hacían enojar para que en ese estado de furia mi cuerpo rotara cual tornillo. Siento una vergüenza
terrible cuando las personas me ven, es como si me descubrieran robando algo de mucho valor. Me quedo estática, sin articular palabra.

Estoy en el bar Berlín, cerca de mi casa, me he tomado una botella de vino; los cuatro hombres que estaban en la mesa de fondo han  abandonado el lugar, seguro no tardan en regresar, pues dos de ellos han olvidado sus sacos en los ganchos que cuelgan de la pared. Es una alivio que debido a la oscuridad no hayan reparado en mi postura. Lo extraño es que esta vez no estoy enojada, sólo harta del frío alemán. Pero lo más raro es que la contorsión haya tomado otro giro, antes
iniciaba siguiendo las manecillas del reloj, el hombro derecho retrocedía hasta ocupar el lugar contrario, el del izquierdo. Hoy, el giro empezó al revés, sentí una breve tensión en el costado y entonces el hombro izquierdo hizo lo mismo que hacía el derecho. A lo mejor es porque estoy triste y sola.

[…]

Cuento inspirado en la pieza de xilografía Berlin Club de Gabriela Jolowicz. Para conocer su desenlace, visita la exposición Lubok. Gráfica contemporánea y libros de artistas de Leipzig en Capilla del Arte (2 Norte 6, Centro Histórico de Puebla) de martes a domingo, de 11 a 19 horas. O acude el 20 de diciembre a las 7 de la noche a la muestra de trabajos donde la autora dará lectura de este texto completo. La entrada es libre.

Trabajando con Lubok

El pasado jueves 29 de noviembre, la galería de Capilla del Arte tuvo gran actividad relacionada con AD/OPTA & ADAPTA.

Alrededor del mediodía, la escritora Isa González y la artista plástica Amalia Buergo, empezaron a trabajar frente a las xilografías de Gabriela Jolowicz. Para ello, habíamos dispuesto una mesa y un par de sillas para que Isa pudiera lanzarse sobre el teclado de su computadora y Amalia hiciera lo propio con la tinta, el pincel y el papel. Cerca de ellas, una cafetera rebosante para ayudar a la labor creativa. Ambas fueron inspiradas por Berlin Club aunque previamente Isa ya había escrito un texto referente a Going Nowhere, también obra de Jolowicz.

Poco después llegó Nereo Zamítiz, de La Pesera Colectivo, para hacer pruebas con el proyector sobre la superficie de El enfoque mundial de Jirka Pfahl, relativas al videomaping que presentarán el 20 de diciembre a las 7 de la noche, momento en que todos los trabajos serán dados a conocer oficialmente al público.

Finalmente, Emmanuel Teisier nos trajo su maceta intervenida, también inspirada en la pieza de Pfahl y sobre la cual dirijirá unas palabras el mismo 20.

Así que ya lo saben, el 20 de diciembre a las 7 p.m., todos están invitados a conocer los trabajos inspirados por Lubok y AD/OPTA & ADAPTA en Capilla del Arte.

AD/OPTA & ADAPTA y el Rally ViciKlektico

Ayer sábado 27 de octubre, Capilla del Arte fue una de las sedes del segundo Rally-Klktico organizado por el grupo ciudadano de impulso a la bicicleta, Vici Klekticos.

Cartel del rally

La prueba que los participantes tenían que pasar en nuestro espacio estuvo vinculada a AD/OPTA & ADAPTA. Ya sea de forma oral o escrita, la prueba consistía en inspirarse en alguna de las piezas de Gabriela Jolowicz y desarrollar un relato. Las preguntas de partida eran: ¿qué está pasando en la imagen, que sucedió antes o, quizá, qué está a punto de suceder?

A continuación, los dos mejores relatos que se generaron en algunos pocos minutos y que demuestran lo fácil que es participar en esta convocatoria abierta a todo público.

La verbena. Escrito por el equipo Los Astronautas, integrado por los hermanos Ayala. Inspirado en la pieza de xilografía Bassy de Gabriela Jolowicz.

Había una vez en la casa de Juana ¡una fiesta por la vida! Ramón tocaba el saxofón mientras José sacaba su trompeta. Era notorio que la fiesta estaba buena, pues María el alcohol buscaba y Karina en el piso yacía. La pachanga duraría hasta el otro día pero el hermano de Juana otros planes tenía.

La fiesta pronto acabaría y la música poco a poco disminuiría. La verbena terminó y todo el mundo en el piso quedó.

Imagen tomada del sitio de la artista.
Imagen tomada del sitio de la artista.

Melissa. Escrito por el equipo Las Brujas del Caldero integrado por la Bruja Ale, la Bruja Jaquie y la Bruja Patty.

I: Viernes

Viernes. Viernes, sola y aburrida en casa. The Beehive era su opción más atractiva… o cómoda. Ya no lo sabía. No quería estar sola. No hoy. Hoy lo extrañaba más que nunca.

Se hizo el cabello, se puso las botas, salió del apartamento.

Lo miró. La miró. Se acercó. Ella sonrió. Bebbieron, conversación vacía y terminaron en la cama. Pasión vacía; acompañada al menos.

II: Sábado

Melissa despertó pasado el mediodía. Todo le era familiar: la cama vacía, su ropa en el piso y sus zapatos por todo lo largo de su apartamento: nada más, solo sus recuerdos.

Salió a la sala, prendió un cigarrillo y puso un poco de blues en su iPod. Mirando por la ventana esperó cargara su celular.

«Sábado y continúa la fastidiosa rutina», pensó.

III: Domingo

El hambre había llegado y no veía muchas alternativas: la misma comida china de siempre o tomar la avenida para ver a dónde la guiaba.

Siempre tenía la opción de refrescarse con cerveza y Ashbeck, el preparado de su invención, pero ese domingo no había el pretexto. Ninguna persona en su horizonte…

Imagen tomada del sitio de la artista.