La falta de descanso nos impide mantenernos alertas y concentrados en las actividades que realizamos en el día; queremos verte saludable y alegre Así que ¡no te duermas!
Sigue estos consejos:
Si puedes, duerme bien. Se recomienda que duermas al menos de siete a ocho horas diarias para que estés saludable. Recuerda que tu cuerpo utiliza las horas de sueño para repararse y renovarse, pero nada en exceso es bueno, así que tampoco duermas 12 horas.
Come bien. Si comes poco y alimentos con bajo valor nutricional, no tendrás energía para enfrentar tu día y te cansarás más rápido; si comes demasiado y cosas con mucha azúcar o carbohidratos, te sentirás pesado y toda la energía que estas sustancias te provean te cobrará la factura con el “bajón” posterior. Para evitar esto, come tres veces al día en cantidades moderadas y toma dos refrigerios ligeros entre las tres comidas.
Mastica algo. Escoge frutas, verduras, semillas y nueces entre comidas; masticar, al igual que tomar agua, nos da algo en qué concentrarnos además del sueño.
No abuses de las bebidas energéticas. Contrario a lo que se piensa, las bebidas energéticas no son lo ideal parar mantenerte despierto de manera frecuente. Estos brebajes sólo servirán para un rato y un par de horas después vendrá el inevitable “bajón”. Además, estas bebidas dañan tu salud.
Hidrátate. El agua tiene muchos beneficios y uno de estos tantos es que te ayuda a mantenerte despierto y con energía. Cuando tengas mucho sueño, trata de tomar un té descafeinado o agua fresca, esto además, te servirá para distraerte, pues tendrás algo que hacer con tus manos y boca que no atraiga atención indeseada.
Concéntrate: Puede ser difícil y puede que creas que te dará más sueño, pero si realmente te interesas por algo, te será más difícil dormirte. Escribe; toma notas muy detalladas de tus clases, haz cuadros sinópticos, ilustra tu notas con pequeños dibujos o diagramas; algo que mantenga tu interés lejos del país de los sueños.
Si nada más funciona, pellízcate. No queremos que te lastimes y aunque no lo creas, este viejo truco funciona. La clave está en presionar ciertas partes del cuerpo que nos ponen en alerta, como tirar del lóbulo de tu oreja, presionar firmemente la parte trasera de tus rodilla, el dorso de tu mano (entre el pulgar y el índice) o frotar tu lengua en la parte superior interna de tu boca.
Que te dé la luz. Siéntate junto a la ventana o el foco más brillante del salón, pues al percibir luz, tu organismo recibe la señal de que es tiempo de estar despierto.
Estimula tus sentidos. Entre más sentidos, mejor. Huele un poco de esencia de hierbabuena o masca un chicle sabor canela sin azúcar; puedes incluso escuchar música como rock suave y otros ritmos parecidos a volúmenes algo bajos, para obligarte a distinguir la letra de la canción y poner atención.
Respira. Oxigenar tu sistema ayuda a que tu cerebro se active; respira profundamente varias veces y después un poco más rápido con el estómago. También puedes salir a aspirar un poco de aire fresco por un par de minutos.
Habla. Así mantienes alerta tu mente. No decimos que te la pases con tu celular o interrumpiendo la clase por hablar con el compañero, sino que te involucres en un sano y educativo debate en clase para obligarte a ti mismo a estar alerta.
Toma una siesta. Si puedes hacerlo, trata de tomar de 5 a 20 minutos de siesta en algún momento del día para reactivar tu estado de alerta; sólo ese periodo de tiempo basta, si duermes más podría producirte mayor cansancio. Recuerda que debe ser sólo una siesta y que no esté muy cercana a tu hora de dormir.
Haz algo que te gusta. Siempre que vemos, hacemos o escuchamos algo que nos gusta, ponemos mayor atención y nos mantenemos despiertos.
Échate agua. Ya sea en el rostro o en las muñecas, sal al baño a mojarte un poco, esto te alertará. Pero no exageres, no queremos que te dé gripa.
Mantente fresco e incómodo. Un ambiente demasiado cálido y confortable puede ponerte somnoliento. Siéntate en un lugar no tan cómodo y opta por no taparte tanto cuando tengas sueño.
Mentalízate. Si no dormiste exageradamente poco, puede que no estés tan cansado. A veces nos da sueño mientras estudiamos o trabajamos pero cuando nos desocupamos estamos muy despiertos; evalúa si realmente no puedes aguantar estar despierto.
Descansa tus ojos. Enfocar tus ojos en algo por mucho tiempo (computadora, pizarrón, libro…), más aún si es brillante, puede cansar a tus ojos y provocar que quieras cerrarlos. Trata de desviar la vista de estos objetos de vez en cuando para evitar que tus ojos se cansen.
Recuerda que la mejor solución es prevenir la situación, así que duerme adecuadamente siempre que puedas, te trae muchos beneficios y se siente muy bien 😉 .