Dr. Gerardo Ayala
Departamento de Computación, Electrónica y Mecatrónica
Ser inteligente es hacer lo conveniente en el momento oportuno; y ése es justamente el objetivo de los Sistemas Inteligentes: hacer que los dispositivos electrónicos lleven a cabo las acciones más adecuadas ante una situación dada. Estas acciones pueden ser el movimiento de un brazo o pierna de robot, la presentación de información óptima y personalizada para tomar decisiones o el reconocimiento de una palabra pronunciada por el usuario de un teléfono celular.
La Inteligencia Artificial, más que ser una rama de las ciencias computacionales, es considerada una Ciencia Cognitiva. Su objetivo es el desarrollo de modelos computacionales y mecatrónicos para que los dispositivos electrónicos puedan, de manera autónoma y automática, percibir su ambiente, razonar, representar conocimientos, aprender y colaborar. Estos modelos se diseñan con base en la manera en que los seres vivos llevamos a cabo nuestras actividades de percepción, movimiento, deliberación y aprendizaje.
La Inteligencia Artificial cumple 58 años este verano. Ha tenido una historia tanto de esperanzas como de falsas expectativas, de mitos y realidades. Muchas de las funciones que llevan a cabo nuestros dispositivos móviles, cámaras digitales y aplicaciones web han sido resultado de desarrollos de Inteligencia Artificial. Entre estas podemos mencionar el reconocimiento de imágenes y de rostros, el reconocimiento de voz y los traductores de idiomas, así como los juegos, las búsquedas en grandes repositorios de datos y la personalización de información de manera individualizada.
La investigación y el desarrollo de Sistemas Inteligentes son actualmente actividades académicas de relevancia e importancia, no tanto por la atractiva visión de innovación tecnológica que nos ofrecen las películas de ciencia ficción, sino por el verdadero impacto socioeconómico que ha tenido y seguirá teniendo la Inteligencia Artificial.