Este viernes 22 de marzo, a las 6:30 p.m. el ciclo Hitchcock continúa en Capilla del Arte con la cinta La ventana indiscreta (EUA, 1954). Por eso, compartimos contigo este análisis escrito por Saray Ibáñez, estudiante de Sociología y prestadora de Servicio Social de Capilla del Arte UDLAP. Y recuerda, la entrada a todas nuestras actividades es gratuita.
Hitchcock y la ciudad deshumanizada
El Amo del Suspenso nuevamente nos sorprende con una película que conjuga el crimen y el impacto de la modernidad en las relaciones sociales. Filmada en los años cincuenta, La ventana indiscreta es una cinta inspirada en el asesinato del “Doctor Crippen” y basada en el relato “It had to be murder” de William Irish. Desde su habitación Jefferies (James Stewart) es el encargado de mostrarnos varias historias que convergen en un espacio social, la vecindad, un lugar que nos refleja la realidad de las personas que viven allí.
A pesar de que cada departamento desarrolla una historia distinta, todas nos hablan de un tema en particular: el amor. Es aquí donde Hitchcock nos presenta el antagonismo que existe en las relaciones amorosas de los personajes, ya que unos buscan “establecer su vida” mediante el matrimonio, mientras que otros prefieren algo más informal. Es decir, algunas personas rompen con el papel tradicional de conformar una familia. Es así como la ventana de Jefferies se convierte en el escenario perfecto para que el espectador pueda observar la ausencia de las relaciones afectivas entre los habitantes de la vecindad, ya que cada uno vive cerca y lejos del otro, donde no hay solidaridad entre ellos, donde no solo un muro los separa, sino la comunicación es el principal elemento faltante.
Otro de los aspectos importantes que cabe resaltar de la cinta, es la diferencia de clases sociales entre Lisa (Grace Kelly) y Jeffries, ya que ella es una mujer de clase alta, mientras que él es un hombre de clase media. A pesar de ello, ambos tienen una relación sentimental que no es típico romance hollywoodense que culmina en el matrimonio, sino que se va volviendo interesante ya que ella logra convertirse en una pieza clave que ayuda a descifrar el asesinato de la vecina de Jefferies. Asimismo Lisa se convierte en un espectador más, un individuo permeado por la modernidad, ya que no mira lo que pasa a su alrededor, sólo se centra en confirmar la sospecha de su novio Jefferies.
La deshumanización de la ciudad nos lleva a que seamos indiferentes ante la vida de nuestros vecinos, es por ello que la vecina solitaria, el asesino, la bailarina, el músico, Lisa y Jefferies son sujetos pasivos que solo ven el asesinato del de la vecina. Este hecho, sin embargo, es el detonante para que su dueña reclame el despego y la crudeza de las relaciones entre los vecinos.
Para comprender mejor cómo eran las relaciones sociales antes de la modernidad es necesario tomar en cuenta que en la década del cincuenta el mundo tenía una “nueva realidad social”, la cual se caracterizaba por la búsqueda de la individualidad, donde el hombre volvía a ser el centro, donde la colectividad fue quedando en el olvido. Antes de ello, las sociedades tradicionales se regían por la integración entre todos sus miembros, es decir, existía una fuerte cohesión social la cual creaba un ambiente de solidaridad. Es así que el gran genio Hitchcock nos lleva a conocer esa transformación en la sociedad, ese cambio que si bien trajo beneficios también originó disoluciones.
Este largometraje nos revela que solo es necesaria la mirada de una persona para llevarnos a conocer un mundo, una realidad, un lugar, un crimen. Si estás buscando suspenso, realidad y romance en un film, La ventana indiscreta es la película perfecta para ti, y no conforme con ello te hará situarte en el papel del protagonista, observando, describiendo e indagando al ser humano y al mismo tiempo reconstruyendo un crimen. Serás lo que todo ser humano es y no se atreve a afirmar: un voyeurista.
