¿Los planes de estudio de Economía cumplen su propósito?
Mtro. Óscar Rodrigo Garza Vázquez
Profesor de tiempo completo del Departamento de Economía
Los sucesos económicos de los últimos años –crisis financiera del 2008 y la incertidumbre económica a nivel mundial– han sido importantes detonantes de un resurgimiento en el interés de los jóvenes por la disciplina económica. Sin embargo, en el ámbito académico estos eventos también han generado cuestionamientos importantes sobre el contenido de los programas de economía en el mundo.
En los últimos años, estudiantes de universidades de prestigio internacional han expresado su descontento en contra de un contenido curricular con un sesgo acrítico hacía la escuela neoclásica de la economía, a la cual consideran insuficiente para comprender, analizar y ofrecer respuestas a las realidades económicas de las sociedades actuales. Por tanto, varias organizaciones estudiantiles (Cambridge[1], Manchester[2], por ejemplo) han exigido un contenido «pluralista» que incluya también otras escuelas de pensamiento y sus aplicaciones en el mundo real. Uno de los eslóganes resume bien su misión: «el mundo ha cambiado, el plan de estudios no».
Desde entonces, el movimiento ha tomado fuerza en varios países del mundo y ya se ha formado una red internacional llamada Rethinking Economics[3], cuya finalidad es la de «desmitificar, diversificar y dinamizar la economía». De igual manera, Nueva York es la sede de una organización internacional llamada Institute for New Economic Thinking[4], que tiene el mismo objetivo de vigorizar el pensamiento económico. Estos movimientos han logrado el apoyo de organizaciones económicas mundiales, premios nobel de economía, así como del Banco Central de Inglaterra, el que, en 2012, organizó una conferencia titulada «¿Los programas de estudio de economía cumplen su propósito?». Como resultado, algunas universidades de vanguardia han comenzado a incorporar un contenido más amplio y diverso en sus programas de estudio.
En resumen, la omnipresencia de los eventos económicos en la vida de las personas, nos obliga a repensar sobre cuál debe ser el objetivo de los planes de estudio de Economía en México. Para esto, es importante tener presente que las realidades de la historia reciente nos advierten sobre los riesgos de formar economistas que resemblen a los «gigantes de un solo ojo» (frase de Denis Goulet[5]) caracterizados por una visión carente de sensibilidad ética, social y humana. Así, la situación económica y social actual nos invita a sopesar entre una visión del futuro basada en la hiperespecialización de la economía o en una visión interdisciplinaria.