Literatura y estudios de género
Por: Mtro. Jesús Villegas Guzmán ,jesus.villegas@udlap.mx
Profesor de Tiempo Completo del Departamento de Letras, Humanidades e Historia del Arte
Probablemente el antecedente más antiguo sobre la categoría de género, como instrumento analítico, fue la famosa declaración de Simone de Beauvoir de 1949, donde afirmaba: “Una no nace, sino que se hace mujer”. Su reflexión en torno a la idea de que las características consideradas “femeninas” son adquiridas por las mujeres del contexto histórico y social, en vez de derivarse “naturalmente” de su sexo, orientó claramente la investigación feminista posterior y fue la razón de que los “estudios de género” surgieran estrechamente vinculados con la teoría feminista.
De hecho, fue en el debate feminista de los años setenta donde se plantea, por primera vez, la distinción entre sexo (factor biológico determinado por la naturaleza) y género (construcción social del sexo). Esta distinción fue fundamental para comprender que si bien la dicotomía hombre/mujer es una realidad biológica, la dicotomía de lo masculino/lo femeninoes una realidad simbólica y cultural que, así como se construyó, se puede deconstruir, cuestionar y volver a replantear.
La perspectiva de género no es ningún añadido ni es anecdótica en el mundo de hoy. Actualmente los estudios sobre las mujeres, los hombres (la masculinidad), los gays, las lesbianas, etc. se han generalizado y han adquirido legitimidad en universidades tan destacadas como Harvard, la Libre de Berlín, La Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París y otros tantos centros de estudio alrededor del mundo. Al respecto, en México tenemos varios botones de muestra sobresalientes: las actividades y publicaciones del Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM) de El Colegio de México; la creación en 1993 del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM; y también la publicación regular de la revista especializada Debate feminista, dirigida por la Dra. Marta Lamas, pionera de los estudios de género en nuestro país.
De las lecturas posibles que se realizan regularmente de los textos literarios, una muy reveladora es la que se hace desde una perspectiva de género. Cada vez que mis alumnos y yo la ponemos en práctica nos muestra, mejor que ningún otro tipo de acercamiento, las complejas relaciones de inequidad y de poder entre hombres y mujeres, y nos permite ver con claridad cómo los personajes literarios se conciben y son concebidos en función de cómo los “construyen” los demás (como en la vida real). El resultado siempre es sorprendente: nuestra visión de los textos literarios se amplía, es más rica e invariablemente nos plantea nuevas preguntas. Pero ¿quién dijo que leer críticamente es una actividad fácil y complaciente?.
Me gustaría terminar con una cita de la Dra. Lamas para subrayar la trascendencia e importancia de los estudios de género: “es fácil caer en el error de pensar que hablar de género o de perspectiva de género es referirse a las mujeres y a la perspectiva del sexo femenino (…) Lo importante del concepto de género es que al emplearlo se designan las relaciones sociales entre los sexos. La información sobre las mujeres es necesariamente información sobre los hombres”.