Gabriel Orozco y el arte mexicano del siglo XX
Este viernes 19 de marzo, a las 6:30 p.m. el ciclo Arte en el cine arranca con la cinta Gabriel Orozco (2002) documental que nos muestra la biografía del artista mexicano del mismo nombre. Por eso, compartimos contigo este texto sobre el artista estadounidense escrito por Saray Ibáñez, estudiante de Sociología y prestadora de Servicio Social de Capilla del Arte UDLAP. Y recuerda, la entrada a todas nuestras actividades es gratuita.
El desarrollo del arte mexicano durante la primera mitad del siglo XX estuvo sumamente ligado a la Revolución Mexicana, lo que condujo a que los artistas de aquella época se encargaran de retratar la realidad del país. Las manifestaciones artísticas anteriores a la Revolución tuvieron gran influencia del pintor y caricaturista José Guadalupe Posada, quién fue un duro crítico del gobierno porfirista. Está corriente artística, política y social llamada muralismo tenía como idea principal unificar y a la vez mostrar la decadencia de la sociedad debida a las consecuencias del movimiento armado de 1910. El éxito obtenido fue tan grande que logró extenderse a otros países, logrando cubrir uno de sus objetivos: mostrar el presente de México mediante el arte.
La representación de la vida y las consecuencias políticas que perjudicaron a la mayoría de la población fueron el tema esencial de este movimiento. Retomar nuestro pasado, la cultura popular, el folklore y los acontecimientos actuales sirvieron de inspiración para el muralismo. Además de eso, nos demostró que el arte no era exclusivo de las clases altas, ya que llevar la pintura a las fachadas o interiores de edificios públicos hizo que el pueblo mexicano se identificara con los temas y la disciplina y se convirtiera en una fuerza expresiva no sólo de los pintores sino también de los mexicanos.
Ahora bien, la sociedad está en constante cambio y por ende todo lo que hace referencia a ella también. El arte no se podía quedar atrás y del mismo modo lo hizo, dando paso a nuevas corrientes que llevaron a varios artistas a explorar nuevas facetas, integrando materiales que el muralismo no se atrevía a hacer. Es decir, después de esta corriente, el arte dio un giro completamente diferente, iniciando una confrontación entre la pintura y una nueva generación de artistas e intelectuales que buscaban romper las reglas. Fue así que la generación de la “Ruptura” comenzó a reaccionar contra la “vieja” escuela artística mexicana, reflexionando e incorporando valores abstractos y apolíticos a su trabajo. A diferencia del muralismo, este movimiento no se constituyó debido a que no había una relación formal entre los artistas.
A pesar de que la generación de la “Ruptura” hizo una separación importante dentro del arte mexicano, está no logró tener el mismo auge que su corriente artística anterior. Pero abrió puertas a trabajos que incluían el dibujo, el grabado y cuadros abstractos. Los colores estridentes y las nuevas técnicas en la pintura hicieron que varios artistas mexicanos lograran el comienzo de una nueva era dentro pensamiento artístico. Es decir, esta generación desarrolló un trabajo que más allá de ser de carácter social, se volvió personal. Sin embargo, después de este intento fallido, llegó el arte contemporáneo. Uno de los más “complejos” y menos aceptado por la población, debido a las inusuales técnicas empleadas.
El arte llamado contemporáneo –todo el arte ha sido contemporáneo en su momento- se diferencia de las anteriores expresiones artísticas porque en ocasiones utiliza materiales desechables, y por lo tanto, las obras tienden a ser efímeras. Refleja la melancolía de la esfera artística, la ironía, la desilusión radical del mundo y la indiferencia. Aunque se cree que el panorama del arte contemporáneo en México es casi nulo, si indagamos un poco podemos percatarnos de que no es así. La incursión de los artistas mexicanos ha ido incrementando e incluso algunos han logrado obtener más reconocimiento fuera del país.
Ahora bien, resulta adecuado mencionar que el arte contemporáneo es irónico, el cual muestra rastros del campo indiferenciado y banalizado de la vida cotidiana. Es decir, el arte dejó su fase dramática para ser banalizada. Ya no trata sólo de representar acontecimientos sino de mostrar la indiferencia, la melancolía de la esfera artística, reivindicar el sinsentido, la insignificancia y la desilusión radical del mundo. Es aquí donde nos encontramos con Gabriel Orozco, un artista plástico mexicano que ha causado gran furor dentro del arte, debido a que sus obras son objetos que van más allá de lo estético, las cuales son elaboradas con cosas que comúnmente ignoramos o desechamos. Este polémico artista ha conseguido que el arte sea el espejo de una sociedad alejada de la ilusión. La innovación constante que nos muestra en sus dibujos, fotografías, esculturas y pinturas nos recrea a la sociedad posmoderna. En general, el arte de Orozco es irreverente, alejado del tradicionalismo, y presuntuoso. Un artista que está en contra de ser artista, un representante de una sociedad volátil, efímera, desgastada. Una sociedad líquida.