Identidad e identidad gráfica, una sutil diferencia
Por: Mtro.Juan Mauricio Audirac Camarena, mauricio.audirac@udlap.mx
Profesor del Departamento de Diseño de Información
La palabra identidad es un término que se usa a menudo cuando hablamos de comunicación gráfica, sin embargo, no siempre es utilizada en el contexto adecuado. Es común referirse a la identidad corporativa de una institución, empresa o negocio como la solución gráfica con la que se resuelve un logotipo, así como sus variadas aplicaciones en materiales diversos. Esta confusión de términos entre cliente y diseñador merece una reflexión.
La identidad es un concepto más amplio y cuando hablamos de identidad o imagen de una institución, empresa o marca, partimos del beneficio obvio que proporciona cualquier identidad: ser visto, pero sobre todo ser visto diferente a los demás. Al mismo tiempo, la identidad debe ser la conjunción de historia, ética, filosofía de trabajo y todo aquello con lo que una organización se identifica.
Otra aproximación al concepto de identidad, desde el punto de vista corporativo, la describe como el conjunto de atributos que una organización quiere proyectar para ser reconocido. Existen dos atributos básicos: los que los individuos consideran que toda organización o producto debe poseer, porque son los mínimos indispensables para poder actuar y sobrevivir en el mercado; y los atributos discriminatorios, que son los que permiten a un individuo una diferenciación entre las organizaciones existentes en el sector. No son necesarios para poder existir pero representan un enorme beneficio para el producto o institución.
Estos atributos discriminatorios son los que realmente establecen la identidad de una empresa y es lo que la hace ser diferente de las otras. El éxito de una identidad e imagen corporativa consiste en saber explotar y transmitir las diferencias que fortalecen a una institución o producto de sus competidores.
Haciendo un paralelismo con una persona, podríamos mencionar que existen dos tipos de identidad: la implícita y la explícita. Se define a la identidad implícita a las características de la personalidad que se van creando y moldeando a lo largo de los años (carácter, personalidad). La identidad explícita se define como un producto especializado de la personalidad (oficio, carrera, profesión). La identidad implícita o personalidad es más estable que la explícita y tiene raíces más profundas, basadas en el temperamento adquirido a lo largo de los años. Cuando no existe una coherencia entre ambas identidades, surgen los enfrentamientos y las indefiniciones. La identidad explícita se debe generar de manera natural, a partir de la implícita sin entrar en conflictos. De ahí la importancia de que ambas identidades sigan un mismo discurso.
La importancia de conocer y establecer claramente cuál es la identidad de una organización, empresa o marca, es fundamentales para poder representarla con una adecuada identidad gráfica.