El Jugador: una escultura en movimiento
La pieza del Mes
Octubre 2013
Pintor y escultor de gran trayectoria, Federico Silva, a sus noventa años, es uno de los artistas mexicanos vivos más reconocidos del arte moderno. En sus primeros años, participó en la realización de los murales del Palacio de Bellas Artes como asistente de David Alfaro Siqueiros. En 2003, el gobierno de San Luis Potosí abrió un museo de escultura contemporánea que lleva su nombre.
El movimiento es una de las constantes de la cultura, la sociedad, la economía, la ecología, entre otros. Todo movimiento trae consigo un cambio, puede ser un cambio de estatus, de lugar o de tiempo. La escultura El Jugador comprueba este movimiento pétreo con el que el maestro Silva juega geométricamente para recordarnos a un bicho kafkiano o tal vez a un jugador prehispánico de pelota que usa la cadera para lanzar sus tiros. Para figurar el salto del jugador, el artista duplicó la cabeza, los brazos y multiplicó su pierna. Congeló el movimiento por un instante, un instante eterno que el tiempo no puede ofrecer y que esta escultura nos concede.
Federico Silva, Ciudad de México, 1923
El jugador, 1996, Concreto y metal, 300 x 230 x 25 cm
Esta obra se encuentra en los Jardines entre el Ágora y la Escuela de Ingenierías UDLAP