Sir Anthony Atkinson y la desigualdad: lo que NO debe hacerse
Para ti, para siempre
Por: Dr. Felipe de Jesús Bello Gómez
Profesor de tiempo completo del Departamento de Economía de la UDLAP
felipe.bello@udlap.mx
Como colofón a una vastísima carrera que abarca más de cuatro décadas, Sir Anthony Atkinson ha publicado recientemente la que considero es su obra magna: «Desigualdad: lo que puede hacerse», en la cual propone un programa de políticas públicas bastante ambicioso, para resolver la desigualdad, particularmente al interior de los países más ricos[i]. Dicho programa comprende quince propuestas concretas que abarcan, desde el otorgamiento a todos los ciudadanos, por parte del Estado, no sólo de un empleo y un salario mínimo, sino también de un patrimonio básico, hasta la manipulación del desarrollo tecnológico con fines redistributivos, pasando por el consiguiente incremento en los impuestos, que se requeriría para financiar su programa a través de una estructura tributaria más «progresiva», con tasas marginales de hasta un 65% en el impuesto sobre la renta, las herencias y la propiedad en general. Este programa ha sido bien recibido por los sectores más «progresistas», particularmente del Reino Unido, como un esquema que resulta viable para reducir la desigualdad del ingreso[ii].
Sin embargo, a pesar de su popularidad, hay una política en concreto que llama mi atención, la propuesta # 15: «… los países ricos deberán llevar al 1% de su PIB la Asistencia Oficial para el Desarrollo». Esta propuesta se destaca sobre las demás, precisamente porque parece más una concesión bien intencionada que una política que, efectivamente, busque reducir la enorme diferencia que existe, no entre los niveles de ingreso de los habitantes de los países más ricos (lo que tanto preocupa a Atkinson), sino entre las posibilidades de vida de los habitantes de los países más pobres, como es el caso de la mayor parte de África y América Latina.
Para Dambisa Moyo, la otrora directora de estrategia e investigación de Goldman Sachs para el África Sub-Sahariana, la ayuda que han brindado a lo largo de la historia los países más ricos a los menos privilegiados, no sólo ha resultado poco eficaz, sino que, en realidad, ha terminado por ser contraproducente, como lo atestiguan sus propias palabras: «… la ayuda [para el desarrollo] ha sido, y continúa siendo, un desastre político, económico y humanitario, para la mayor parte del mundo en desarrollo…». Contrariamente a lo propuesto por Atkinson, no es a través de programas de ayuda para el desarrollo, sino de otras alternativas menos asistenciales, tales como: el acceso a los mercados financieros internacionales, la profundización de la intermediación financiera, la inversión a gran escala en infraestructura, y el libre comercio de bienes y servicios (particularmente de la producción agropecuaria de los países más pobres), que se debe impulsar el crecimiento de los países en desarrollo, de manera que puedan reducir de forma sostenida la brecha que los separa de los más ricos[iii]. Sólo de esta forma se podrá reducir la desigualdad entre todos, y no sólo entre los más privilegiados; es haciendo lo que se «debe», y no lo que Atkinson y sus seguidores consideran que se «puede».
[i] Atkinson, Anthony. Inequality: What can be done? Harvard University Press, 2015.
[ii] Clark, Tom. (Junio 26, 2015). “Inequality: What Can Be Done? by Anthony B Atkinson review – a concrete plan for a fairer society”. The Guardian. http://www.theguardian.com/books/2015/jun/26/inequality-what-can-be-done-anthony-b-atkinson
[iii] Moyo, Dambisa. Dead Aid: Why Aid is Not Working and How There is a Better Way for Africa. Farrar, Straus and Giraux, 2009.