Laurence Le Bouhellec.
Departamento de Letras, Humanidades e Historia del Arte.
75 años 75 artistas -selección conmemorativa.
Si bien no sabemos cuándo surge el coleccionismo como tal, lo que sí sabemos es que se caracteriza por ser una práctica asociada a la selección y conservación de determinados tipos de objetos, una práctica que mira siempre y de manera simultánea al pasado y al futuro; hacia el pasado porque lo que se colecciona es lo que ya se produjo, lo que un artista no volverá a producir como tal, pero también hacia el futuro porque la pieza más importante de una colección siempre es la siguiente, la que está por adquirirse y cuyas características exactas todavía desconocemos pero que se irá definiendo por la coincidencia entre el ingenio de la persona que la va a producir, nuestro interés por ella y, puntualmente, nuestro poder adquisitivo.
Una colección está, por ende, posicionada, necesariamente, entre el pasado y el futuro, y un catálogo o una exposición que se monta a partir de ella, solamente da fe de su presente. Hace un par de décadas, yo empecé a trabajar el pasado de la colección y ahora estamos festejando su presente, esperando que tenga un largo futuro.
Por lo tanto, una colección, la que sea, interactúa con el momento histórico que la ve realizarse y en ella queda consciente o inconscientemente sellada una determinada narrativa. Y si de arte trata la colección, entonces, a través de ella se escribe un fragmento de la historia del arte, solamente un fragmento.
Cuando en el último cuarto del siglo pasado se anunció “el fin de los grandes relatos”, lo que venía a señalar Jean-François Lyotard era que ya habíamos salido de una historia de tipo decimonónico, la que pretendía encerrar en un solo relato totalizador la suma de determinados hechos validados por una misma episteme. Dicho en otros términos, hemos salido del tiempo de la Historia con mayúsculas para entrar en el tiempo de las historias. De ahí que una colección como la que se vino armando desde hace décadas en la Universidad de las Américas Puebla es una de estas múltiples historias que se vienen escribiendo sin que una tenga más verdad que la otra, aunque cada una por su parte sí tiene pretensión a la verdad y lo viene reivindicando sea con una exposición sea con un catálogo.
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