Reforma Energética crea condiciones para fortalecer cadenas de valor
Por: Adrián Duhalt
Profesor de Tiempo Completo de la Escuela de Negocios y Economía de la UDLAP y académico asociado en el Centro México de la Universidad de Rice.
La nueva infraestructura de gas natural en México está generando condiciones para el fortalecimiento de cadenas de valor. El caso de la producción de amoniaco y urea en el sur de Veracruz es sólo un ejemplo.
Disponer de gas natural de manera adecuada tiene un impacto tremendo en la competitividad de diversas actividades económicas. En México, la realidad es que la disponibilidad de gas ha sido limitada en años recientes gracias a una combinación de factores, entre los que destacan una deficiente infraestructura de transporte y almacenamiento y una creciente demanda por parte del sector eléctrico. Vale la pena recordar que ésta coyuntura alcanzó su punto más álgido en 2012 y 2013, años en los cuales Pemex Gas y Petroquímica Básica emitió alertas críticas, es decir, solicitó a usuarios industriales reducir el consumo dado que el Sistema Nacional de Gasoductos (SNG) trabajaba más allá de sus niveles óptimos. Un gran número de empresas cuyos procesos industriales dependen del gas natural vieron su productividad caer.
No cabe duda que el gobierno federal está consciente del papel que juega el gas natural en la competitividad del aparato productivo nacional. Es por ello que busca garantizar el suministro a través de nuevos proyectos de infraestructura como el de los Ramones en el noreste del país. Con la reforma energética como marco, la administración de Peña Nieto contempla invertir en infraestructura de transporte y almacenamiento de gas alrededor de 227 mil millones de pesos, cantidad nueve veces mayor a lo invertido en el sexenio anterior, según el Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018.
La red de gasoductos está incrementando la disponibilidad de gas en varias regiones del país, y eso no sólo abre oportunidades para que las empresas aumenten capacidad y/o inviertan en nuevas plantas, también implica la posibilidad de fortalecer cadenas productivas en un sinnúmero de industrias que utilizan el gas en sus procesos productivos. Un ejemplo claro son los planes que el gobierno federal tiene para reactivar la producción de amoniaco y urea en el sur de Veracruz – actividades que han vivido prácticamente en el abandono desde la segunda mitad de la década de los 90s.
El único productor de amoniaco en México es el Complejo Petroquímico de Cosoleacaque (Pemex), en Veracruz; y debido a la falta de gas natural, entre otros factores, la producción se desplomó en más de 65 por ciento entre 1996 y 2014. La falta de amoniaco, el cual es la principal materia prima en la producción de fertilizantes, contribuyó a su vez al desmantelamiento de la industria de fertilizantes nitrogenados. No obstante, si uno observa de cerca y con mayor detenimiento nos podemos percatar que el gobierno federal a través de Petróleos Mexicanos ha tomado medidas concretas para articular esta cadena de valor ante una mayor disponibilidad de gas natural.
En Cosoleacaque, son dos las plantas de amoniaco las que normalmente se tienen en operación. Pero para aprovechar la disponibilidad y bajos precios del gas que actualmente prevalecen en América del Norte, Pemex echó a andar una tercera planta en Octubre de 2012 y rehabilita al momento una más. Uno se preguntara para qué tener cuatro plantas de amoniaco en marcha. Lo que planea el gobierno es reactivar la producción de fertilizantes en Agronitrogenados, empresa con capacidad de producir hasta 990 mil toneladas de fertilizantes (urea) que Pemex adquirió en Enero de 2014 en Coatzacoalcos, Veracruz, a solo 28 kilómetros del Complejo Petroquímico Cosoleacaque. Dicha planta dejó de producir en 1999, y el 6 de Junio de 2014 Emilio Lozoya, Director de Pemex, dio el banderazo para iniciar los trabajos de rehabilitación. Existe la posibilidad de que para cuando la cuarta planta de amoniaco en Cosoleacaque esté lista para producir, Agronitrogenados también y entonces se puedan substituir hasta 400 mdd – de los 512 mdd – que México importó de urea en 2014.
El fortalecimiento de la cadena de valor gas natural – amoniaco – urea es sólo un ejemplo de los muchos que deben de materializarse en México a la luz de la reforma energética. Para ello el gobierno debe asegurarse que una mayor disponibilidad de gas natural en el país esté acompañada de políticas públicas que fomenten los encadenamientos productivos, y con ello elevar la competitividad industrial del país.
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