Investigadores y periodistas sujetos a juicio, es coartar la libertad de expresión: Alfredo Rivera
- El autor de “La Sosa Nostra” visita la UDLAP
Cholula, Puebla, a 10 de marzo de 2011.- “Que investigadores y periodistas estén sujetos a un juicio interminable es coartar la libertad de expresión”, afirmó el escritor Alfredo Rivera quien estuvo en la Universidad de las Américas Puebla por invitación del Centro de Investigaciones Jurídicas de la UDLAP.
El Dr. Ernesto Villanueva, director del Centro de Investigaciones Jurídicas de la UDLAP dijo que el motivo por el que se invitó a Alfredo Rivera es porque “él es un escritor que es participe en el juicio civil por daño moral más largo en México. Su testimonio dejará en claro a periodistas y escritores lo que significa no tener una legislación adecuada en el país”.
En conferencia de prensa, el autor de la obra “La Sosa Nostra” comentó que el no respeto de la libertad de expresión, del conocer, del saber y el acceso a la información son unos de los principales problemas que existen en la sociedad y causante de muchos conflictos entre los escritores y el gobierno.
Destacó que ante la aparición de estos problemas surgen diferendos entre ambas partes ya que las sociedades que se pretenden democráticas hacen el intento en pro de que exista transparencia, claridad y acceso a la información, y los gobiernos casualmente son proclives a lo oscurito, a lo secreto, a ocultar información.
Comentó que los desacuerdos que se dan entre sociedad y gobierno deben ser dilucidados por las leyes, “pero estas en México son tibias y un claro ejemplo de ello es lo que está viviendo Puebla con la despenalización de los delitos de difamación y calumnia aprobada por el Congreso del Estado”.
Cabe mencionar que “La Sosa Nostra” es una obra en la que se hace un análisis de la vida pública del político hidalguense Gerardo Sosa Castelán, exdiputado federal y precandidato del PRI al gobierno de Hidalgo. Por este hecho, el escritor Alfredo Rivera, el autor del prólogo, Miguel Ángel Granados Chapa y el editor de la obra, Miguel Ángel Porrúa fueron demandados por Sosa Castelán. Seis años y siete meses después, el proceso judicial sigue activo y es el más largo del que se tenga memoria en este campo del Derecho.