Enfermarse en la universidad
A veces, la vida de adulto responsable no nos hace mucha gracia, aunque seas un responsable joven universitario, en algún momento sentirás que la vida en casa y al cuidado de tus padres sería más fácil que tener que hacer las cosas por ti mismo.
Este sentimiento es muy común y completamente normal, especialmente cuando nos enfermamos y extrañamos los cuidados de nuestra familia. Pero ya que es probable que esto no suceda, especialmente si te encuentras estudiando lejos de casa, es mejor saber cómo cuidarte mientras estás enfermo.
Para que no descuides tu salud y vuelvas a estar en óptima forma en poco tiempo, además de las recomendaciones de tu médico, te damos algunos consejos para recuperarte de la enfermedad cuando estás en la universidad:
Antes que nada, no es momento de hacerse el valiente. Sabemos que eres joven, fuerte y saludable (la mayoría del tiempo), pero no es motivo para aguantarte la enfermedad a ver si se pasa y terminar empeorando al situación. Acércate a servicios médicos y agenda una cita para asegurarte de que no es algo grave.
Córtalo de raíz. No nos referimos a que utilices medicamentos sin prescripción que prometen “cortar” la enfermedad. Nos referimos a cuidarte con especial atención desde el primer momento en que sientas que te “va a dar algo” o que algo no está bien con tu cuerpo. Si sientes que te enfermarás de alguna afección respiratoria, abrígate, toma líquidos, etc.; si sientes que te dará algo del estómago, evita sobrepasarte con la comida o comer cosas que no estés seguro que se elaboran con la sanidad necesaria.
Evalúa la situación. Puede ser que los malestares de la enfermedad nos hagan sentir que es muy tentador quedarse en cama a descansar, sin embargo, debes evaluar si tu clase es un laboratorio que necesita tu presencia para realizar la práctica, se trata de una clase que necesita muchos ejercicios de práctica para poder comprender los conceptos o tendrás un examen o presentación muy importante que sería recomendable que no te perdieras.
Habla con tus profesores. Si es necesario que faltes a tus clases debido a tu enfermedad, habla con tus profesores para que puedan hacerte recomendaciones sobre tu materia y los proyectos que trabajarán en estas sesiones.
Avísale a quien puedas. No queremos decir que te quejes de tu enfermedad con cualquiera que esté dispuesto a escucharte, pero sí es recomendable dejarle saber a tus compañeros de clase, de cuarto, tus padres
Duerme. Una gripe, un dolor de cabeza o un dolor muscular, se aminora con el descanso. Dormir ayuda a tu cuerpo a descansar y reponerse, por lo que en la enfermedad, esta actividad es de mucha ayuda. Además, a veces, tu cuerpo necesita parar para retomar la energía que necesitas para retomar tus actividades con renovados bríos.
Rodéate de buenos amigos. Son los que pueden estar al pendiente de ti especialmente en este tiempo de enfermedad. Además, te mantendrán al tanto de todo lo que te perdiste en tu ausencia.
Hidrátate. Ya sea que tengas gripe, enfermedad estomacal, etc., el agua siempre te será de ayuda.
Come bien. No decimos que te llenes de comida chatarra y engordadora para sentirte mejor, pero comer saludablemente, en especial frutas y verduras (por las vitaminas), ayudará a que tu cuerpo adquiera fuerzas para recuperarse con mayor facilidad y rapidez de la enfermedad.
Para estar seguro, pregunta al doctor cuando vayas a consulta qué te recomienda comer para mejorarte con prontitud.
No hagas caso de consejos provenientes de fuentes dudosas. Como adulto universitario sabemos que tu criterio no te dejará probar los mil y un remedios y pociones que se recomiendan por todos lados para aliviar ciertas enfermedades. Especialmente aquellos que implican milagrosas e instantáneas recuperaciones. Duda siempre de lo que lees al respecto y pregunta a tu médico; puede ser que seguir algún consejo de éstos agrave el problema, pues no todas las personas reaccionan igual ante ciertas sustancias y condiciones.
Si todo lo demás falla… Llama a tu familia. No para quejarte o preocuparla, pero sí para recibir consejo. Seguramente ella tendrá alguno muy efectivo que ha utilizado al cuidarte de las enfermedades por tantos años. Además, sin importar la edad que tengamos, escuchar la voz de nuestros seres queridos, especialmente si están lejos, nos hará sentir mejor.
¿Qué te parecieron estos consejos? Si te has enfermado durante tus años de universidad y tienes otras recomendaciones que compartir con tus compañeros, no dudes en comentarlas en la sección de abajo, así, la universidad será una etapa más fácil para otros alumnos más jóvenes en la misma situación.
Y recuerda, algunas enfermedades pueden parecer inofensivas y por lo tanto, fáciles de obviar, sin embargo, es mejor cerciorarse de este hecho consultando a tu médico y siguiendo sus indicaciones para recuperar tu salud óptima.