Diferencias en el lenguaje de los economistas
Dra. Elitania Leyva Rayón
Directora académica del Departamento de Economía UDLAP
elitania.leyva@udlap.mx
Las diferencias en el uso del lenguaje entre los economistas se deben al papel que desempeñan en la sociedad. Los economistas tienen –principalmente– dos maneras de explicar los fenómenos económicos: la primera, como asesores políticos cuando responden preguntas del tipo, ¿qué medidas debería tomar el gobierno para que la población tenga acceso a una vivienda digna?; la segunda, como científicos cuando responden a, ¿por qué los precios máximos del alquiler de vivienda reducen la cantidad y la calidad de viviendas disponibles? La primera forma de explicación se conoce como «Sentencia Normativa», es decir, describir el mundo como debería de ser; mientras que la segunda se conoce como «Sentencia Positiva», es decir, explicar cómo funciona el mundo en realidad.
De este modo, al recomendar políticas que mejoren los resultados económicos, los economistas están haciendo sentencias normativas (cómo les gustaría que la realidad cambiara), mientras que los economistas que hacen sentencias positivas buscan describir la realidad tal como es. Los diferentes objetivos que persiguen los científicos y los asesores políticos también influyen en la manera en la que emplean el lenguaje. La distinción clave entre los dos tipos de sentencias es la forma en que se juzga su validez.
Por un lado, las sentencias positivas que hacen los economistas científicos pueden refutarse o confirmarse mediante el análisis empírico, ya que, a través del tiempo, se puede recolectar información sobre un objeto de estudio y, a partir del análisis de los datos obtenidos, se confirma o rechaza una hipótesis. Por otro lado, las sentencias normativas no se pueden juzgar sólo con datos, ya que en este tipo de sentencias intervienen juicios de valor, así como temas de ética y religión.
La mayor parte del análisis económico que hacen los economistas es positivo, es decir, tratar de explicar cómo funciona la economía, independientemente de si se está de acuerdo o no. Los economistas que son miembros de un gabinete presidencial hacen sentencias normativas, ya que hablan como asesores políticos, mientras que los profesores universitarios hacen sentencias positivas, ya que están formando futuros economistas que tienen que comprender cómo funciona la economía en realidad, no como les gustaría que fuera.
Esto último se aprende después, cuando ya dominan las herramientas para el análisis de datos y comprenden la realidad de los acontecimientos económicos, es entonces cuando pueden hacer planteamientos de políticas públicas desde el punto de vista de un asesor político.