El toque brasileño de los Aztecas UDLAP
Un brasileño lleva el balompié en la sangre y la pasión la demuestra estando dentro de la cancha o fuera, por eso el director técnico de los Aztecas de la UDLAP, Albeni Sabino Pinheiro, narró su historia como jugador en su país, contó lo que vivió al llegar a México, habló de estrategias e hizo declaraciones valiosas para el fútbol soccer femenil, todo durante una charla en línea que tuvo con estudiantes, jugadores y fanáticos.
Cuando uno tiene la oportunidad de hablar con el estratega de la Tribu Verde, se da cuenta de la pasión que tiene sobre el “futebol”. Puede hablar horas sobre cómo pararse en un terreno de juego, de lo vivido en un partido, de errores, grandes jugadas y de su historia completa, por eso no es de extrañarse lo comentando en la videoconferencia que sostuvo. En ella contó sus inicios como jugador de calle, su paso el balompié de sala, la llegada a los 16 años al club Cruzeiro para formarse, su partida al equipo Londrina al sur de Brasil, su experiencia en México de los noventas, cuando el límite de extranjeros no lo dejó permanecer en un conjunto. “Al principio la idea era regresar a Brasil, pero insistieron mucho en que me quedara. En ese tiempo no existía Primera División A, era primera y segunda nacional, entonces me convencieron de que jugara con un equipo en segunda”, reveló Sabino Pinheiro.
Unos meses después, el carioca tuvo una oportunidad más para jugar en Primera División, pero una condromalacia en la rodilla lo dejó fuera nuevamente. Tras una operación de rótula, retornó con el equipo de Segunda División, cuyas pretensiones era no perder la franquicia y se lograron, la escuadra terminó arriba de la mitad de tabla, haciendo un buen papel. Tiempo después arribó a los Brujos de San Francisco del Rincón, donde una nueva lesión prácticamente trunca su carrera, abriéndole la oportunidad de volverse director técnico con una invitación de Leonel de Aquino para integrarse a los Aztecas de la UDLAP.
Después de 21 años recordó su primer torneo como entrenador de la Tribu Verde femenil, el logro de entrar a la fase final del torneo de la CONADEIP cuando no se esperaba mucho de su equipo. También de que en su primer partido le metieron 14 goles, acto que lo hizo reflexionar, salir a buscar soluciones por su cuenta e idear un plan para mejorar. “En esa época la UDLAP recibía muchas norteamericanas, con una cultura de fútbol femenil, entonces me acerqué con Asuntos Internacionales y de repente llegaron a hacer pruebas, de ahí empecé a formar el equipo junto a las mexicanas que tenía”, explicó.
A partir de ese instante, las escuadras de Sabino Pinheiro han ido cuesta arriba, consolidándose cada vez más en el banquillo de la Universidad de las Américas Puebla e imprimiéndoles su estilo de acortar distancias, apretar desde la línea delantera, trabajo a balón parado y buen trato al esférico. A cambio ha aprendido de ellas la entrega, cómo se forma un buen grupo, al siguiente partido dar lo mejor sin importar qué haya pasado en el anterior, tener metas claras; mientras de los varones se siente orgulloso del crecimiento, quienes después del descenso han llegado a dos finales consecutivas.
Sobre el soccer femenil profesional en México, refirió que es una liga con potencial de progreso, cuestión que ha beneficiado al técnico para captar nuevas Aztecas. “Yo veo que las jóvenes que ya probaron (la Liga MX) están volteando hacia la universidad, el problema es que muchas de ellas vienen con edad avanzada, entonces no pueden cumplir con la elegibilidad de CONADEIP”, confirmó.
Hacia el final de la charla, Sabino Pinheiro ratificó que si bien no es fácil ser entrenador, mucho menos formar jóvenes, su pasión por el fútbol universitario lo lleva a buscar ser buen estratega y motivador de sus pupilos. Para cerrar, decretó su sueño de ser campeón del balompié varonil antes de que se vaya el Dr. Derbez como rector. “Yo quiero dar eso de presente, porque las historias más ricas de fútbol las he logrado aquí en la UDLAP, son las cosas que más disfruto”, asintió el director técnico de los Aztecas.