En el marco de la proyección de Ojos bien cerrados dentro del ciclo “Sin cuerpo ni deseo” de Viernes de Cinexpectativas en Capilla del Arte, compartimos este texto de Saray Ibáñez, estudiante de Sociología y prestadora de Servicio Social en el mencionado espacio cultural de la UDLAP.
Ojos bien cerrados será proyectada este viernes 22 de febrero a las 6:30 pm en Capilla del Arte (2 Norte 6, Centro Histórico de Puebla). La entrada es libre.
Controversial, dialéctico, perfeccionista y sobre todo, talentoso. Así era Stanley Kubrick, uno de los cineastas más importantes del siglo XX. En 1999 dirigió su última película Eyes Wide Shut (Ojos bien cerrados), basada en una novela corta de Arthur Schnitzler. Gracias al cuidado de cada detalle escena a escena, el realizador logra que el espectador salga de su rutina y pueda experimentar las sensaciones que reflejan los personajes.
Ojos bien cerrados describe al ser humano como un hecho sociocultural, es decir, presenta a los protagonistas como seres complejos, saturados de características económicas, sociales, psicológicas y políticas que cumplen normas sexuales. Considerando que las diversas culturas construyen, reconocen y asignan atributos sexuales a los seres humanos, es necesario tomar en cuenta que el cuerpo cumple varias funciones dentro de la sociedad, convirtiéndose en un objeto regulado por el mercado, las instituciones y la religión.
Bill (Tom Cruise) y Alice (Nicole Kidman) son el retrato de una familia tradicional que aparentemente no tienen problemas. Él es un hombre que debe mantener su prestigio social como médico, mientras que ella es una mujer que oculta sus fantasías sexuales. El film de Kubrick nos relata cómo se dan las relaciones sociales dentro de la clase media alta, así como la necesidad de cubrir una fachada personal que es constituida a partir acciones cotidianas. Tomando en cuenta que la trama de este filme expone lo diverso y complicado que puede llegar a ser el matrimonio, es preciso señalar que ahí la moral sexual se presenta como un problema. Debido a ello, Alice y Bill se hallan inmersos en una serie de sucesos donde predominan las fantasías sexuales, la estética, la drogadicción y la libertad sexual.
Kubrick desarrolla de manera extraordinaria un sistema de representación del cuerpo, siendo a la vez sujeto y objeto de placer. Ojos bien cerrados es una película agresiva, perturbadora, erótica y audaz para un público exigente.
SARAY IBÁÑEZ, 14 de febrero de 2013.
Ficha técnica
Ojos bien cerrados / Director: Stanley Kubrick / Guión: Stanley Kubrick y Frederic Raphael / Año: 1999/ Duración: 159 minutos / País: Estados Unidos
