Liz Taylor y las familias en los 50.
Este viernes 17 de mayo de 2013 a las 18:30 h continúa el ciclo “Divas de Hollywood” dentro del programa Viernes de Cinexpectativas de Capilla del Arte UDLAP. Protagonizada por Elizabeth Taylor, La gata sobre el tejado caliente nos muestra el talento de esta gran actriz, todo un ícono del cine. A propósito de esta cinta compartimos contigo este texto por Saray Ibáñez, estudiante de Sociología y prestadora de Servicio Social de Capilla del Arte UDLAP. Y recuerda, la entrada a todas nuestras actividades es gratuita.
Situada en 1958, La gata sobre el tejado caliente es una cinta dirigida por Richard Brooks y basada en la obra teatral del dramaturgo Tennessee Williams. Una obra que sin duda nos muestra con crudeza las relaciones de poder, dominación y subordinación que se ejercen dentro de la primera institución social básica: la familia. El paternalismo, el interés, las exigencias sociales y el individualismo son los temas principales que sobresalen a lo largo de la película. Temas que demuestran la realidad de muchas familias, donde sus integrantes no son más que completos desconocidos que buscan una estabilidad económica más que personal.
Maggie (Liz Taylor), Brick (Paul Newman), Gran Papá, Gran Mamá, Gooper y Mae son los encargados de exteriorizar lo codicioso que es el ser humano. Gran Papá es el jefe de familia que establece reglas, domina a su esposa y busca que sus hijos formen familias tradicionales como la de él. A pesar de que se complica todo lo que desea, al final lo logra, haciéndonos creer que todo lo que quiere es por el “bien familiar”. Es aquí donde la reproducción de patrones y estándares sociales se agudiza. Siendo así, está película es una sátira al sistema familiar.
Para Gran Papá y la mentalidad de la década del cincuenta era inaceptable el que un matrimonio no tuvieran hijos. Debido a esto el patriarca y su mujer presionan a Brick y Maggie para que los tengan. Es decir, aquí podemos observar que en todos los actores existe una fija y asegurada inercia social, esa resistencia al cambio y esa marcada continuación de prácticas sociales anticuadas. Ahora bien, a diferencia de su padre, Brick es un parásito social que bebe todo el día, evadiendo responsabilidades y generando más conflicto en la familia Pollit, pero que poco a poco llegará a la “madurez social”. Es decir, logrará la estabilidad afectiva y por ende tendrá un estado de adaptación a su propio medio.
Por su parte Maggie, la esposa de Brick, es la encargada de proyectar la realidad de muchas mujeres que sólo desean tener dinero aunque su matrimonio sea un convencionalismo más. Un ser soberbio que alcanza su objetivo. Sin embargo, no es la única que simula a una mujer sumisa. Es aquí donde nos encontramos con Gran Mamá, una mujer que siempre está a disposición de su esposo, que no tiene voz ni voto dentro de la familia, y que sólo Gran Papá la retribuye con regalos para compensar su falta de comprensión y comunicación, haciéndola creer que esa es la manera de que se sienta amada.
Otro personaje que no debemos olvidar es Goosper, el hermano de Brick, quien cumple al pie de la letra las exigencias de su padre. Se casa, tiene hijos, vive en Memphis y es abogado, todo con la firme intención de obtener la herencia. Mientras que su esposa Mae, es la mujer casada con el antes mencionado y que se dedica a cuidar a sus hijos, y que además está pendiente de la vida de Brick y Maggie. Mae es la encargada de procrear hijos, es decir, su papel dentro de la película refuerza la idea que la Iglesia impone en las mujeres: ser madre.
La gata sobre el tejado caliente una película que nos muestra roles tradicionales que nos imponen las estructuras e instituciones sociales que plantean como base la familia.