Todos los viernes de julio a las 6:30 p.m., Capilla del Arte UDLAP, en colaboración con el Convivium Slow Food Puebla Gastronómica, presenta el ciclo “Sabores en pantalla”. A través de cuatro cintas laureadas internacionalmente, el ciclo propone una reflexión sobre la forma de alimentarnos en la actualidad y el valor de la cultura culinaria de diversas latitudes y en distintas épocas.
A propósito de la primera película, el documental nominado al Oscar Food Inc., Sarai Ibáñez, estudiante de Sociología y prestadora de Servicio Social de Capilla del Arte, nos comparte el texto siguiente.
“Los médicos trabajan para conservarnos la salud, y los cocineros para destruirla, pero estos últimos están más seguros de lograr su intento”. – Denis Diderot
La historia de la humanidad ha estado permeada por un sinfín de hechos contradictorios. La mayoría de estos han impactado de manera negativa la vida de los seres humanos. Desde la alimentación hasta la educación, el hombre ha tenido que ir adaptándose a lo que las grandes empresas establecen. Ahora bien, uno de los aspectos más perjudicados ha sido el sistema alimentario, el cual ha ido creciendo súbitamente, ocasionando que los pequeños productores tengan más pérdidas que ganancias. Es decir, en la época prehispánica la alimentación no estaba controlada como ahora, no había alimentos modificados y no existían tantas enfermedades.
En cuanto a la “evolución de la alimentación”, ésta se ha ido modificando debido al desarrollo de la ciencia y tecnología, pero principalmente por los intereses de los grandes monopolios. Son estos quienes buscan obtener grandes ganancias, olvidando que cada producto que ofrecen afecta la salud de los consumidores. Es decir, la manipulación genética de los animales y plantas incrementa el rendimiento en la producción de alimentos pero ocasiona que el hombre dañe su salud. De acuerdo al Centro para la Seguridad Alimentaria (Center for Food Safety) los alimentos genéticamente modificados pueden provocar perjuicios a los humanos, animales y al medio ambiente. Los efectos sobre la salud de los humanos incluyen mayores niveles de toxicidad, alergenicidad, resistencia antibiótica, supresión inmunológica, diabetes y cáncer.
Además de ello, este tipo de alimentación se caracteriza porque busca erradicar las semillas convencionales por las modificadas genéticamente, creando que varios alimentos criollos se vayan perdiendo, y con ello sus propiedades. Ahora bien, este problema no es el único. El mercado nos vende la idea de que estos productos son mejores y más económicos, generando así que la población ignore lo que realmente está consumiendo y creyendo que la verdad es la que escucha de las grandes corporaciones alimentarias.
Para ser más precisa sobre este tema, hablaré sobre la película Food Inc., la cual es sólo una pequeña muestra del poder que ejercen algunas multinacionales que dominan el mercado alimenticio. Por ejemplo: Monsanto, empresa dedicada a usar semillas transgénicas, además de que se ha encargado de crear el DDT, un pesticida que causa daños irreparables en los riñones e hígado. Debido a esto los agricultores también se han visto afectados, porque ahora Monsanto ya es propietario de la mayoría de las semillas. Es decir, el empresario tiene el derecho legal de proteger su patente y evitar que las personas guarden la semilla, ocasionando así que los agricultores puedan ser demandados por el hecho de violar sus patentes.
Si bien es cierto que Monsanto ha logrado gran variedad de alimentos, su modelo no ha sabido integrar y mucho menos respetar la tierra, los animales ni las plantas. El proceso de industrialización ha hecho que el sistema de producción tradicional quedará obsoleto, es decir, la idea de producir más rápido, modificó la maquinaria y el personal. Esta nueva organización supuestamente traía beneficios, pero lo cierto es que los únicos ganadores de ello fueron los dueños de las empresas. Es decir, aquí se empezó a reemplazar al trabajador por maquinaria, causando que los trabajadores se dedicaran solamente a una actividad y por lo tanto los salarios bajaran. Así, los empresarios elevaron su producción y ganancias.
En general, Food Inc. es una película que nos hará reflexionar sobre la alimentación de nuestra región, nuestro país y del mundo. Aunque se queda corta con lo que en realidad está sucediendo, nos da una infinidad de temas por debatir. Este documental exhibido por primera vez en 2008 te dará un breve recorrido por las antiguas y nuevas prácticas monopólicas del sistema alimentario. Además de ilustrarnos con ejemplos, nos reflejará la crueldad, indiferencia y absurdas leyes que protegen a esas empresas. El objetivo de la cinta no sólo es que estemos informados sino que busquemos la manera de cambiar ese sistema dañino al medio ambiente y sobre todo, a la salud de nosotros.
