Una tragicomedia sobre la educación en cinco cuartillas
La mayoría de las personas ven a la diversidad, y la educación, como a un vaso. Asumiendo, que un vaso, es útil cuando retiene un líquido, e ignorando las diferencias exteriores. No importa si el vaso tiene una impresión de la Guerra de las Galaxias, o es media botella de cola, retiene su funcionalidad básica. Y en cierto sentido así nos va y así son las cosas. Pero la verdadera utilidad de un vaso está en su capacidad de desocupar su interior, no en la de retener líquido.
Todos sabemos que el fluido, por naturaleza, toma la forma del receptáculo que lo contiene. Por eso el vino se convierte en la copa, la cerveza en el tarro y la persona en el conocimiento que le es depositado. Lo que quiero decir es que podemos abordar la diversidad como un intento de incluir a diferentes “tipos de personas”; o podemos aceptar que estamos en el siglo XXI y que ese “problema” es ya irrelevante y enfocarnos en algo importante, ¿cómo hacer de la universidad, el centro de educación superior, un lugar que genere una diversidad de ideas, posiciones e historias?
Buscamos entonces una educación donde (a) el aprendizaje pueda emerger (Cross 2009), el estudiante sea capaz de crear sus propio entorno personal de aprendizaje (Adell, Castañeda 2013) y fomentar la creación, no de una cultura del diálogo, si no de una cultura de debate. Porque, al fin y al cabo, la Universidad debe ser un colisionador de ideas y no un zoológico de las mismas (Franco, 2014). La pregunta dura aquí es, ¿qué tipos de profesionista se desea crear? Porque la respuesta a esta pregunta influencia directamente la capacidad de la universidad para influir positivamente, o no, en la creación de diversidad.
Moravec propone al Knowmad (2011, 2013) , un portmanteau de Knowledge y Nomad. Profesional valorado por lo que sabe, su principal ventaja competetiva, y una respuesta natural a la evolución que ha sufrido la sociedad después del periodo industrial, donde el trabajo y le educación se parecían fijos y las tareas concretas. El Knowmad es uno de los mejores ejemplos de como la universidad puede crear diversidad cultural (resultado del aprendizaje corpóreo). El Knowmad es un retorno a lo renacentista, un individuo cuyo campo de interés es amplio y cuya pasión, es muchas veces, aplastada por el peso de la rigidez institucional, los planes de estudio y la búsqueda constante de la “calidad” medible.
En la cotidianidad nos enfrentamos con la linea de montaje. Contra la línea de producción. Contra la producción en cadena. Contra la producción en masa. A diario nos enfrentamos con una educación fría, distante, moderna. Me resalta mucho una analogía contenida en un texto de Argullos et al (2010) sobre la declaración de Bolonia. Una declaración que estaba destinada, al final del siglo de la globalización y la masificación del conocimiento, a iniciar con la educación orientada a competencias (EC) en la Unión Europea. Un movimiento, que al igual que la era nuclear, estaba destinado a revolucionar, pero cuya realidad es bastante más cruda. La analogía, que parece querer rallar en la microficción, dice: “Dejaba de importar cómo se criaba al gato, y sí, que cazara ratones”. Un fragmento, casi poético, un pequeño gajo de diversidad, ahogado por la mar de términos paraguas, convenciones academico-políticas y regulaciones de lenguaje internacional.
Una perfecta analogía para todo el movimiento de las EC. Una tragedia moderna.
El modelo de EC es excelente para una Sociedad 2.0 (Moravec, 2008) -la sociedad industrial-. Pero la realidad ya es diferente. La capacidad de transmitir información de manera casi instantánea, la globalización y las demandas académicas han llevado a crear una sociedad, la 3.0 (Moravec, 2008), donde el cambio es constante y se acelera exponencialmente, y ya no es suficiente verificar que el gato sepa cazar, porque hay cuarenta diferentes gatos que aprendieron a cazar en diferentes circunstancias; una sociedad educativa donde los métodos estandarizados son producto del condicionamiento y no del aprendizaje.
Si el aprendizaje se enfocara realmente en que no todos los ratones se pueden atrapar con el mismo método, como cualquier persona en una ciudad puede testificar, y que no todos los gatos cuentan con las mismas herramientas, tendríamos un panorama diferente. Planteado de otra manera: en un punto del camino la educación orientada a objetivos perdió el rumbo, tal vez cuando entró el diseño por comité, tal vez cuando alcanzar la competencia se convirtió en lo más importante o, lo que más debería de preocuparnos, cuando lo único que quedó del modelo educativo fueron una serie de indicadores de éxitos o fracasos y donde el alumno ya no es más que otro producto que hay que sacar al mercado.
De nuevo entonces, ¿qué clase de profesionistas queremos formar? Es decir, ¿estamos dispuestos a sacrificar la individualidad del alumno, y por ende la diversidad cultural de la institución, con el fin de crear un estándar de competencias que medir, comparar y vender? ¿Queremos una educación donde lo que importa es que el gato sepa cazar y no por qué debe de hacerlo? ¿Queremos una universidad que estandarice el pensamiento de sus alumnos bajo un estilo propio? Es decir, ¿que el alumno del tecnológico ataque el problema siempre de la misma manera y el estudiante de artes liberales lo haga, sin variar su propio enfoque, de otra?
Claro que hay historias de éxito dentro de este modelo, la misma diversidad dicta que ciertos alumnos van a responder positivamente a este enfoque, pero si el modelo no se implementa con cuidado se corre el riesgo de alienar al grosso del alumnado, creando en el proceso una fábrica donde se hace un producto uniforme y consistente, con altos estándares de calidad. Una educación de línea de montaje. Un modelo T del aprendizaje, donde “un cliente puede tener su automóvil del color que desee, siempre y cuando desee que sea negro” (Ford, 1909).
[Su servidor considera este un buen momento para comentar que no cuenta, ni cree que exista, una propuesta que arregle todo el sistema educativo. El argumento se enfoca, mayormente, en como retomar a la Universidad en su papel de creador de diversidad y no de productor en masa y para ello se presentan un par de ideas que, espera, puedan generar discusión, y con suerte controversia, para agregar un poco más de fuerza al debate]
En un mundo ideal, y estoy comenzando a presentir que este no lo es, haríamos a un lado la línea de montaje y retomaríamos lo interdisciplinar. Daríamos la bienvenida al Knowmad. Porque la educación no se trata sobre competencias, ni sobre políticas académicas. Trata sobre el placer de aprender y de entender el mundo que nos rodea. Sobre empujar un poco más la frontera del conocimiento propio.
No se trata de ellos, o de mi. Se trata de ti, lector.
Y nada es más satisfactorio que pasar tiempo haciendo eso que te apasiona. Y cuando hay pasión, cuando generan esas condiciones ideales, se crean chispas. Las chispas que comienzan las hogueras donde terminan ardiendo los paradigmas que asumíamos como eternos. Es decir, cuando existen condiciones ideales, y este me atrevería a decir es el único rol verdadero de la institución educativa -el generar las condiciones, no los ideales-, se genera una emergencia (Siemens, Leal, 2004) que lleva a la diversidad cultural y, por consiguiente, a la social.
Claro que tampoco esta es la solución perfecta. Insisto en que no hay tal cosa como tal, pero el aproximar a la educación como un ecosistema cuyo balance es delicado y complejo, se antoja una solución más natural que el caos y el ruido de una línea de montaje. Dirían Maturana y Varela (1980), que el aprendizaje posee la propiedad de la autopoesis, la continua producción de si mismo, y unas de las bases del knowmad es una de las bases de la mente corpórea(Varela, 1993): se aprende haciendo.
Independientemente de las reacciones que el presente texto haya causado en los lectores, y en serio espero que ninguna de ellas haya sido física, podemos terminar esto hablando de la universidad como el jardinero encargado de cuidar el ecosistema educativo, creador de diversidad por un proceso evolutivo casi orgánico. Y, tal vez, la mejor manera de estimular este procesa provenga de una chispa caótica surgida de la colisión de todas las teorías anteriores, porque lo que buscamos es una pluralidad de ideas, una diversidad cultural e ideológica, no una dictadura intelectual.
Pero tal vez la pregunta más difícil para todos hoy sea la siguiente: ¿queremos seguir promoviendo la diversidad como un tema sobre la concentración de la melanina en la piel? ¿o queremos empezar a promover la diversidad como un cambio de ideas-
Bibliotheca
[Cross, J. (2009, March 13). Bye Bye E-Learning: Emergent Learning Paradigm More Important Than Digital Delivery Tools. Recuperado el 7 de noviembre, 2015, from http:// www.masternewmedia.org/ bye-bye-e-learning-emergent-learning-paradigm-more- important-than-digital-delivery-tools/ #ixzz3HeFCTxKa]
[Williams, R., Karousou, R., & Mackness, J. (2011). Emergent Learning and Learning Ecologies in Web 2.0. The International Review of Research in Open and Distance Learning, 12(3).]
[Castañeda, L. y Adell, J. (Eds.). (2013). Entornos Personales de Aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red. Alcoy: Marfil.]
[Franco, D. (2014) Un pequeño ensayo sobre cómo perdí la fe en mi mismo, la humanidad y la educación y como finalmente la recuperé cuando me volví Edupunk. UDLAP]
[Moravec, John W. (2011). Aprendizaje Invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. Colección Transmedia XXI. Laboratorio de Mitjans Interactius / Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona. Barcelona]
[Moravec, J. W. (Ed.). (2013). Knowmad Society. Minneapolis: Education Futures]
[Palés-Argullós, J., Nolla-Domenjó, M., Oriol-Bosch, A., & Gual, A. (2010). Proceso de Bolonia (I): Educación orientada a competencias. Retrieved November 7, 2015, from h t t p s : / / w w w . u m . e s / c / d o c u m e n t _ l i b r a r y / g e t _ f i l e ? uuid=ee6b088a-35a1-418d-92c5-3315202e2a0e&groupId=115466]
[Moravec, J. (2008, September 26). Toward Society 3.0: A New Paradigm for 21st century education]
[Ford, H., & Crowther, S. (1973). My life and work, (p. 72). New York: Arno Press.] [Siemens, G. (2004). Conectivismo: Una teoría de aprendizaje para la era digital (D. Leal,
Trans.). Retrieved November 7, 2015.]
[Varela, Francisco J. (1993). The Embodied Mind: Cognitive Science and Human Experience. MIT Press. ISBN 0-262-72021-3]
[H.R. Maturana, F.J. Varela (1980). “The cognitive process”. Autopoiesis and cognition: The realization of the living. Springer Science & Business Media. p. 13.
ISBN 978-9-027-71016-1.]
[Gleick, J., (1987). Chaos: The Making of a New Science. New York, NY, Penguin Books.] [Gonzalez, C., (2004). The Role of Blended Learning in the World of Technology.]
Cogitationis poenam nemo patitur
[wzslider]
Descarga el PDF aquí.