Tres enfoques financieros
Por: Mtro. Francisco Calleja
Profesor de tiempo completo del Departamento de Finanzas y Contaduría de la UDLAP
Las finanzas se desarrollaron a partir de la contabilidad y de la contaduría pública. Conforme aparecieron las direcciones financieras fueron ocupadas por contadores, provenientes de la propia organización o reclutados en los grandes despachos.
Las casas de bolsa contrataban contadores, aunque se abrieron a otras profesiones que mostraron interés y capacidad, pero reservaban sus puestos técnicos para economistas, ingenieros o actuarios para los análisis, pronósticos y otros temas que implicaban contendido matemático.
A partir de ahí, la cuestión financiera tuvo dos enfoques: quienes opinan que, de las universidades, deben egresar contadores que sean también financieros; casi todas las universidades privadas, afectadas por la baja matrícula de estudiantes de contaduría, agregan un toque financiero para hacerla más atractiva, aunque la importancia del área contable frente al área financiera varía con la universidad.
Los economistas han pensado siempre en las finanzas como una aplicación de la matemática que manejan muy bien, ven a las finanzas como una derivación de la economía y procuran llevar su estudio a niveles complejos.
Ambas licenciaturas, contabilidad y economía, nunca han recuperado grandes números en lo que a inscripción de alumnos se refiere y tienen generaciones reducidas; en algunas instituciones privadas, una o ambas han desaparecido.
Hace años apareció la Licenciatura en Administración Financiera como la solución al reunir lo mejor de ambos mundos, la respuesta fue inmediata y excelente, desde el punto de vista de matrícula. A pesar de ello la polémica continuó e incluso se crearon dos versiones de la misma licenciatura, una más matemática que la otra.
El mercado laboral demanda todo tipo de profesionales. Los contadores públicos egresados, mayoritariamente de universidades públicas, siguen encontrando trabajo sin problema y ascienden a directores financieros.
Los economistas egresados también de universidades, públicas o privadas, siguen encontrando trabajo y buscan que las empresas entiendan las bondades de contarlos entre sus altos directivos, para ello se establecen programas de economía administrativa o de la empresa. Algunos de estos profesionales no desdeñan las finanzas y siguen encontrando acomodo en ese sector.
Pero hay empresas que requieren financieros prácticos, encargados de manejar el área en millones de organizaciones, que van desde pequeñas hasta grandes. Encuentran apoyo en asesores de bancos y casas de bolsa, sin tener ellos mismos un elevado conocimiento de los interiores matemáticos del tema.
¿Por qué no tener las tres opciones? Un contador adecuado a los tiempos modernos, pero experto en sus técnicas contables, con los necesarios conocimientos financieros para el momento que los necesite. Un financiero sin mayores pretensiones que manejar las finanzas, en su más puro sentido, de la empresa. Un economista que pueda identificar los aspectos más intrincados de la ciencia financiera.
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