Sin contención los malos hábitos pueden volverse peor, advierte catedrático UDLAP
Los seres humanos tienen una tendencia a superar de forma positiva las situaciones adversas o traumáticas, así que el menor contacto social puede resultar cómodo, probablemente afecte en su reserva cognitiva (capacidad para atenuar el deterioro cognitivo natural en la vejez). Sin embargo, la atención debe estar en las situaciones en donde hay convivencias disfuncionales y nocivas, aseguró el Dr. Julio Cesar Penagos Corzo, catedrático del Departamento de Psicología de la Universidad de las Américas Puebla.
Ante el llamado aislamiento voluntario se puede sufrir de distintos comportamientos negativos, como ira, confusión, estrés postraumático, frustración, aburrimiento e incertidumbre económica. No obstante, el Dr. Penagos Corzo advierte que pueden ser bastante controlables y aminorar las repercusiones a largo plazo. “Hace poco, en colaboración con excelentes colegas, validé una escala para México de crecimiento postraumático (PTGI) con personas que sufrieron el sismo del 11 septiembre de 2017 y puedo decirte que la gente en general sale fortalecida”, dijo.
Pero para el catedrático de la UDLAP, el cuidado se debe poner en situaciones donde personas viven un encierro con otras de comportamientos nocivos o que son propensas a una repercusión en su salud. “Por ejemplo el caso de la violencia machista o parejas con conflictos, en estas circunstancias, las repercusiones pueden ser muy negativas. Por otro lado, las condiciones de aislamiento pudieran conducir a exacerbación de ciertas sintomatologías, debido a los hábitos de las personas con enfermedades o al estrés asociado al aislamiento”, comentó.
Ante ello, se pudiera exhortar a tener la mente ocupada, pero para el Dr. Julio Cesar Penagos es más una cuestión de aprendizaje y hábitos, que si son malos pueden volverse peor si no hay mecanismos de contención. Ejemplo de ello es el uso de redes sociales, que puede o se ha caído en abuso, también el consumo de series puede volverse en problemático, discusiones u otras cuestiones que se pueden ir asentando al paso del tiempo.
Para el profesor de la UDLAP lo que se debe hacer es incorporar algo pequeño, que pueda lograrse y que tenga un disfrute en hacerlo, es decir, introducir algo de complejidad a los ocios o tareas cotidianas. Probablemente sea el momento de regresar a acciones que por diferentes prioridades laborales no lo permitían. “La gente no se va a volver lectora de un día para otro, ni se volverá apreciadora del arte de forma instantánea. Una forma de empezar es retomar algo que se hacía antes y se dejó de hacer, algo que mantenía positivamente ocupada la mente y por cuestiones del trabajo afuera de casa se dejó de hacer”, agregó.
Para redondear la sugerencia, el Dr. Penagos Corzo ofrece algunas brindadas por la Sociedad Americana de Psicología: limitar el consumo de noticias a fuentes fiables, crear y seguir una rutina diaria, permanecer virtualmente conectado con los demás, mantener un estilo de vida saludable, usar estrategias psicológicas para manejar el estrés y mantenerse positivo.