Capilla del Arte

Aronofsky y Polanski: Cisne Negro

En el marco del ciclo homenaje a Darren Aronofsky dentro de nuestros Viernes de Cinexpectativas, Capilla del Arte proyectará este 31 de octubre a las 6:30  p.m. la cinta Cisne Negro, otra muestra más del talento de este director neoyorquino.

A propósito de esta producción protagonizada por Natalie Portman y Mila Kunis, les compartimos la reseña de Christian Moreno Pineda, estudiante de Filosofía y nuestro prestador de Servicio Social.

Recuerda, Capilla del Arte está ubicada en la 2 Norte 6, en el Centro Histórico de Puebla. La entrada a todas nuestras actividades es libre.

cisneCisne Negro  (Black Swan) (1998)

DIRECCIÓN Darren Aronofsky.

GUIÓN Mark Heyman, Andres Heinz y John J. McLaughlin.

FOTOGRAFÍA Matthew Libatique.

MÚSICA Clint Mansell y Pyotr Ilyich Tchaikovsky.

PRODUCCIÓN Scott Franklin, Mike Medavoy, Arnold Messer y Brian Oliver.

Black Swan es un thriller psicológico de 2010 –íntimamente relacionado con la “Apartment Trilogy” de Roman Polansky-  y dirigido por el neoyorquino Darren Aronofsky; una de sus obras más ampliamente popularizadas –tanto por el éxito en taquilla como por la expectación en torno al Óscar obtenido por su protagonista, Natalie Portman. Sin embargo, en ocasiones considerada una obra “menor” en tanto parece repetir la fórmula ocupada en The Wrestler (2008). La idea detrás de este largometraje se remonta a un guión inconcluso del año 2000 llamado The Understudy, que se centraba en la experiencia de un actor al ser acechado por un doble; argumento que se vio trasformado al conectar con cierta interpretación extrapolada del Lago de los cisnes (1877), en cuanto al contraste de los dos cisnes se refiere.

Aronofsky –ocasionalmente- relaciona esta obra con su film anterior, aludiendo a que tanto la lucha como la danza, generan mundos muy privados; una serie de hábitos desprendidos de sus respectivas prácticas, que bien pueden ir desde una forma de alimentación hasta una forma de relacionarse con el mundo. Dos disciplinas que llevan el adiestramiento del cuerpo hasta puntos insospechados y en los que el éxito puede no tener un sentido claro.

Como es casi una regla en las obra de Aronofsky el score corre a cuenta de Clint Mansell, que trabaja sobre la idea del leitmotiv –muy presente en la composición original de Tchaikovski para el Lago de los Cisnes– y la fotografía es puesta en manos de Matthew Libatique que regresa al estilo granuloso utilizado en anteriores producciones pero que en esta ocasión combina con la imagen de cámaras DSLR´s.

La trama de Cisne Negro puede considerarse un grupo de capas; la primera es la historia de Nina, una bailarina de la ciudad de Nueva York dedicada enteramente a la danza, que rivaliza con otra bailarina por el papel protagónico en el Lago de los cisnes y que en un punto está dispuesta a hacer lo necesario para conseguirlo; la segunda es la historia de Nina, una bailarina de la ciudad de Nueva York que tiene una especial relación con su madre, una bailarina frustrada y manipuladora que sobreprotege y trata a su hija como a una pequeña niña, razón por la cual Nina –en busca de la aprobación de su madre- se esfuerce de tal forma por conseguir el papel principal en el Lago de los cisnes. La tercera es la historia de Nina, una bailarina de la ciudad de Nueva York obsesionada con la perfección, que en un inagotable afán de autoafirmación desarrolla un patológico deseo narcisista que deviene en alucinaciones referentes al Lago de los cisnes y la automutilación.

Pensamos que mientras la primer capa mencionada, la capa exterior, se centra en los detalles, en una labor de hacer visibles los hábitos generados en el seno de una disciplina tan exigente como lo es la danza y el mundo que le es propio; la segunda capa, se centra en la relación que existe entre el cisne blanco y el cisne negro, un tránsito hacia la adultez -o bien- una relación de represión-descubrimiento sexual; para finalmente alcanzar la capa interior que pone al Cisne Negro en relación con una obra tan emblemática como Le locataire (1976) de Roman Polansky, compartiendo –Nina- el mismo destino que Trelkovsky; ese personaje tan genialmente interpretado por el mismo Polansky. Con ese estilo siempre fresco que caracteriza las obras de Aronofsky, la elogiada interpretación de Natalie Portman y con uno de los finales más comentados en los últimos años, solo podemos reprochar a Cisne Negro el no haber podido superar las obras a las cuales hace referencia.

 

 

 

 

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