Amplificar las emociones: un cine-concierto Persona(l)
El próximo 30 de julio a las 7:30 p.m., dentro de nuestros Miércoles Musicales, el DJ poblano Velvet Boy musicalizará en vivo la proyección de la cinta Persona de Ingmar Bergman. A propósito de esta actividad, compartimos con ustedes el texto escrito por Christian Moreno Pineda, estudiante de Filosofía y nuestro prestador de Servicio Social.
Les recordamos que la entrada al recital es libre* y que Capilla del Arte UDLAP está ubicada en la 2 Norte 6, en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla.
El pasado sábado 26 de julio tuve la oportunidad de asistir a un ensayo de la presentación del cine-concierto del próximo miércoles 30, donde Arturo Loría, mejor conocido como Velvet Boy, musicalizará Persona (1966) considerada por muchos el punto más centellante en la filmografía del sueco Ingmar Bergman.
Aunque sea difícil de reconocer, la sola idea de relacionarse en cualquier tratamiento de posproducción con una obra tan reconocida y completa puede generar una serie de descontentos o prejuicios, tanto para los más devotos al trabajo de Bergman, como para los cinéfilos más exigentes. Por nuestra parte, existía solamente una duda sobre las intenciones de la musicalización; conociendo en lo esencial la naturaleza del set preparado para la presentación, nos preguntábamos si acaso Arturo intentaría subvertir el sentido original de la obra de Bergman. ¿Acaso sería un intento de “colorear” el blanco y negro tan deudor del expresionismo alemán que –parece- encantaba al director? o ¿acaso consistiría en “simplificar” o “aligerar” el espíritu laberíntico, solemne y experimental de su obra?
Al final de las casi dos horas de ensayo y de una agradable conversación con Velvet Boy advertimos que su trabajo más que intentar una subversión o reinterpretación radical del trabajo de Bergman, suponía claramente un homenaje, devenido de una manifiesta fascinación por el potencial expresivo de las imágenes que componen Persona; fascinación que abarca tanto el gran trabajo de Sven Nykvist en la fotografía, como la insistencia por el primer plano, algo tan presente y característico del director sueco a la hora de hacer visible el pensamiento o el ánimo de sus personajes.
Por otro lado, Arturo es realmente consciente del papel de la musicalización y del sonido en la imagen cinematográfica en general; de manera que los directores que más admira, se caracterizan por su grado de experimentación sonora, por la originalidad del score que utilizan y por la cuidadosa selección que realizan para el soundtrack. Por todo lo anterior, no es raro que el set en el que trabajó cumpla con una triple funcionalidad: en momentos la función de simple acompañamiento, haciendo sincronía con el movimiento de la imagen; en momentos el set funciona de manera accesoria o como ilustración de las acciones o pensamientos evidentes en la imagen, es decir, intenta hacer énfasis de los elementos evidentes de la imagen: un golpe, un gesto, un movimiento, una situación; y por último, la función más compleja, al igual que los directores que admira, Arturo sabe que una buena selección musical puede “amplificar las intensidades encarnadas en la imagen”. Una musicalización correcta puede colmar y organizar las intensidades –luz, color, movimiento, etcétera- de manera que la sola imagen no podría. Basta realizar un sencillo experimento para probarlo: si se toma alguna de las secuencias de In The Mood for Love (2000) donde aparece el tema compuesto por Shigeru Umebayashi: Yimeji, y se elimina el audio, la secuencia en cámara lenta resultante no tiene más que un montón de cualidades desorganizadas sin ningún encanto.
Lo que nos lleva a considerar que el trabajo de Arturo no está centrado en los valores musicales exclusivamente, y que todo el trabajo previo realizado para esta presentación responde más a un procedimiento cinematográfico de re-pensar las imágenes, donde se intenta acoplar las sensaciones nacidas al experimentar la cinta por primera vez con las sensaciones que el filme ya trabaja. Una labor de acoplamiento de las sensaciones que más obsesionan a Velvet Boy, trabajadas tanto musicalmente como visualmente que, todos esperamos, termine convirtiéndose en una experiencia colectiva donde todos podamos integrarnos.
DJ Set de Velvet Boy (Arturo Loría) con canciones de:
GusGus, David Bowie, Röyksopp & Robyn, Ladytron, The Knife, Felix Da Housecat, Mecano, Quiero Club, Trust y Madonna.
Persona (1966).
Drama / B y N / Clasificación B.
País: Suecia
Dir. Ingmar Bergman
Protagonistas: Bibi Andersson y Liv Ullmann.
Duración: 1 hora 25 min.
*Cupo limitado. Por comodidad y seguridad, solo personas con asiento. Recomendamos llegar con un mínimo de 15 minutos de anticipación. Por respeto al público y a los artistas, una vez iniciado el recital, las puertas se cierran 15 minutos más tarde. Agradecemos su comprensión y puntualidad.