El futuro del trabajo tras la pandemia
Dr. Mauricio Rodríguez Abreu
Director académico del Departamento de Actuaría, Física y Matemáticas
Con el inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, millones de trabajadores en actividades no esenciales vieron interrumpidas o terminadas sus relaciones laborales. Tras una caída en los niveles de empleo y participación económica, resultados de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) indican una lenta, pero sostenida recuperación.
A pesar de lo anterior, los meses de dinámicas de trabajo no convencionales, tendrán consecuencias a observarse en los años por venir. Sin embargo, esta crisis en los mercados de trabajo, puede servir de punto de inflexión para el diseño de nuevas y mejores prácticas laborales. En México, donde gran parte de la fuerza de trabajo se ubica en empleos precarios, informales y sin acceso a prestaciones, es momento de reflexionar sobre nuestras aproximaciones a las relaciones laborales.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el «trabajo decente» como aquel que garantiza los derechos, extiende la protección social y fomenta el diálogo entre los actores de la sociedad, a la vez que promueve la igualdad de oportunidades. La contingencia puso en evidencia las altas tasas de informalidad laboral en el país, que imposibilitaron a millones de trabajadores para seguir las indicaciones de sana distancia. Aún más notable fue la relevancia que cobraron los trabajadores de apps, emblema de la precariedad laboral.
En los distintos ámbitos, las dinámicas de trabajo se tuvieron que adaptar a modalidades como el teletrabajo y jornadas escalonadas. Éstas, tienen el potencial de incrementar la productividad y la satisfacción de los empleados, pero como lo indica la OECD[i], los gobiernos deben crear contextos propicios para que estas modalidades de trabajo sean vistas como una opción y no una imposición a los trabajadores. Así, estas políticas podrán evitar una crisis de cuidados, que afecta principalmente a las mujeres trabajadoras, ante la reactivación de actividades laborales mientras que las escuelas y otros servicios públicos permanecen cerrados. Además, permitirá que muchos centros de trabajo cumplan la NOM-035-STPS-2018, que busca promover una mayor conciliación trabajo-familia y promover un entorno laboral favorable.
[i] http://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/productivity-gains-from-teleworking-in-the-post-covid-19-era-a5d52e99/